ambos sin ti
hacia mi.
Ya no me duelen las manos
por no acariciarte
y tampoco miro el reloj
no quiero pensar donde estarás.
Miro a mi alrededor: desorden,
pero no me importa.
Qué es el desorden si no una confusión del orden,
si no soy así pero quiero
En el centro de todo hoy no hay nada
como un huracán,
excepto una luz, donde me refugio
y desde donde veo todo;
el desorden.
Una, dos, tres
da igual lo que cuente o quiera
donde menos te lo esperes habrá más
como un secreto mal guardado.
Hoy, aunque es ayer, soy yo
y escribo para mi
y lo tomo como un regalo tuyo, el mejor